Bueno pues ha muerto Liz, uno de los últimos bastiones del Hollywood dorado, quizás la última gran estrella que surgió de los estudios y sin duda un icono de los buenos, una inglesita que a golpe de bisturí, una carrera con más pelis malas que buenas (Reflejos en un ojo dorado, La fierecilla domada, Una mujer marcada, Castillos en la arena...), su lucha contra el SIDA, sus 200.000 matrimonios, unos falsos ojos violetas, su odio a las pinzas de depilar (bravo!), matrimonios con fontaneros y sus diamantes del tamaño de la cabeza de Diana Ross cuando se carda el pelo se ha convertido en leyenda.
Yo la adoraba, más que por su talento por su actitud, tal es el amor que le tengo, que cuando era un enano y mis amigos hablaban de Europe o Bon Jovi, yo en mi extrañeza les salía con mi adoración por Sam Peckinpah, John Ford o la Taylor. Y claro, me abofeteaban por marica y por snob. Pero hete aquí que el destino es sabio y cuando allá por finales de los ochenta la Taylor recibió el Príncipe de Asturias por su labor humanitaria y acudió a la bella ciudad de Oviedo, este gijonés (después de estar dos semanas dándole el coñazo a mi santa madre) consiguió verla en persona. Junto a Chus Lampreave la única vez que he ejercido de fan pesao y cutrón y, a menos que la Bacall se cruce en mi camino, dudo que vuelva a ejercer. Pero vayamos por ETAPAS.
ETAPA 1. LIZ-NIÑA.
CORTE DE PELO: TRENZAS Y TIRABUZONES
Niña prodigio que ya desde pequeña se convirtió en estrella infantil con todo lo que eso conllevaba por aquel entonces. Contaba Judy Garland que los estudios en su crueldad y antes que saliesen las leyes para la protección del menor en cuanto a rodajes cinematográficos se refiere veían a estos niños como máquinas de hacer dinero, y así quedaban todos luego, que entre adicciones y taras mentales dejaban a Drew Barrymore a la altura de una monja Carmelita. Judy aseguraba que para soportar las maratonianas horas de rodaje la empastillaban de anfetaminas para al final del día chutarle de nuevo una retahíla de calmantes ya que de tanta anfeta no había criatura que se durmiese, y vuelta a empezar al día siguiente.
Pues Lizzy una de esas pobres almas de Dios. Junto con la Garland, el Rooney, el McDowall, el Bartholomew, el Stockwell o el Cooper, conformaba la creme de la creme del estrellato imberbe.
PELICULÓN DE ESTA ÉPOCA:
"MUJERCITAS":
La novela ñoña y almibarada de la Alcott ya había conocido una versión anterior de la mano de Cukor y protagonizada por Katharine Hepburn, pero la Metro consciente de que era un vehículo de lucimiento estupendo para sus estrellitas emergentes sacó los dineros del cajón y realizó una ambiciosa superproducción.
Liz, Janet "Mis pechos son dos misiles de largo alcance"Leigh, la pizpireta June Allyson y la talentosa y llorica Margaret O´Brien conformaban el plantel principal, mientras que las secundaban el guapo oficial del "Rat Pack" (Peter Lawford), el consabido galán latino de la época (Rossano Brazzi) y dos secundarios de prestigio: Leon Ames y la gran Mary Astor (que unos años antes había interpretado a la primera gran hija de puta del cine negro, a la madre de todas las femme fatales en "El halcón maltés").Todo un lujo.
Liz, rubia por primera y última vez en su vida, interpretaba a la presumida Beth y usaba las pinzas de la ropa para algo más que tender (visto los resultados de su nariz, quizás lo más hermoso de un físico habrá que ir tomando nota)
Un clásico de la lágrima fácil y el Technicolor que tiene una escena antológica por mítica y perfecta: la de Margareth O´Brien acojonaíta perdida la noche de Halloween.
ETAPA 2. LIZ-CHABELI.
CORTE DE PELO: CORTO Y RIZADO.
O también llamada "Etapa de niña a mujer". La niña crece... y como crece! Lozana, carnosa, sexual y con pinta de niña pija con trastienda, de esas que dicen "si papi" y en cuanto este se da la vuelta se están dando el lotazo con el jardinero.
DOS PELICULONES:
"EL PADRE DE LA NOVIA":
Deliciosa comedia del padre de Liza que refleja el tormento de un padre (Spencer Tracy) cuando ve que la niñita de sus ojos va a ser desvirgada por un extraño y los avatares que conlleva realizar una boda de alto copete (tarea nada fácil). Tracy está mayúsculo y la Taylor demuestra que hermosura y comedianta son dos términos que no tienen porque ir por caminos separados.
Joan Bennett pasaba por allí y la película fue tal éxito que conoció una secuela no tan gloriosa pero igualmente notable: "El padre ya es abuelo":
"UN LUGAR EN EL SOL"
La obra maestra de esta etapa. Triángulo amoroso y su primera colaboración con Monty. Liz, bella, rica y caprichosa se enamora de un pobre atormentado. El pobre atormentado sale con una joven no tan bella, ni tan rica y mucho menos tan caprichosa, pero como está encarnada por Shelley Winters, que era la gran puteada de la época y estaba siempre destinada a sufrir, pues la cosa pasa a mayores.
Una gran dirección de George Stevens , unos planos increíbles y una mezcla muy bien combinada de melodramón de los de antes y cine negro conforman uno de los triángulos amorosos más impactantes de toda la historia del cine:
ETAPA 3. DE MUJER A MUJERONA.
CORTE DE PELO: MELENAZA AGRESTE AL VIENTO.
Liz empieza a notar que su metabolismo no es como el de Audrey y que a poco que se pille un pedo la noche anterior ya engorda unos kilillos. Pero da igual, ella sigue maravillosa, empiezan sus matrimonios con Mr. Todd (que la convierte en una viuda espectacular) o como le roba a su mejor amiga (Debbie Reynolds, la madre de la princesa Leia) a su maridín pasando a ser señora de Fisher.
PELICULONES DE ESTA ETAPA:
"CLEOPATRA":
La película más cara de todos los tiempos de lejísimos (al dólar actual estaríamos hablando de 700 millones de dólares. Una auténtica salvajada).
La historia de la reina egipcia que ponía todo pinochón a Marco Antonio y que traía por el camino de la amargura a Julio César costó tanto que su presupuesto deja al "Titanic" de Cameron a la altura de "Los bingueros". La película fue un éxito incontestable a la altura de las aventuras de Escarlata O´Hara pero debido a su presupuesto (inflado porque a Mankiewicz le salió del cigoto realizar unos decorados acojonantes realistas hasta el más mínimo detalle, rodar en Pinewood con la consabida lluvia londinense que retrasaba el rodaje día tras día, una Taylor que casi palma y que estuvo de baja casi un año a causa de una neumonía, una pareja protagónica que entre enamoramientos, polvos, broncas, reconciliaciones, diamantes y melopeas casi acaban con la paciencia del Santo Job y por si fuera poco luego se fueron a Marruecos a rodar las escenas del desierto y casi mueren todos sepultados bajo una de las mayores tormentas de arena que se recuerden) casi acaba con la Fox, la cual no se recuperó hasta el estreno de "La guerra de las galaxias", 15 años después.
Irene Sharaff que estaba hasta la pepita de ser la princesa del costureo mientras que la Head era la reina, realizó un tour de force espectacular, acabó con las reservas de Fort Knox y se volvió medio tarumba con los cambios de peso de la inglesita temperamental ( uno de los mejores pasatiempos al ver la peli es comparar una escena con la siguiente, en el que la voluble Cleopatra puede tener una diferencia de hasta diez kilos en su menudo cuerpo).
La peli apabulla en su espectacularidad, pero es en sus momentos más íntimos en los que se aprecia su grandeza. Un momento para la eternidad: Cleopatra llega triunfal a Roma y justo después Julio César se arrodilla a sus pies. La Cleo que ya ha tenido sus más y sus menos con Julito y sabedora de los problemas de salud de este, sin perder su majestuosidad mira de reojo un cojín y disimuladamente lo arrastra con un pie para que Julio César pose sus debilitadas rodillas. Son estas muestras de amor cotidiano y ese retrato psicológico de los personajes absolutamente maravilloso los que hacen de esta película algo memorable, más allá de batallas y miles de furcias bailando a su entrada al Coliseo:
"DE REPENTE, EL ÚLTIMO VERANO":
De nuevo Mankievicz y de nuevo Monty a los que se le suman Tenessee Williams y Katharine Hepburn. Una puta locura de película en la que la Taylor pasa de jodedora a jodida. Un primo al que devora el populacho por marica y sodomita, unos planos aberrantes que agobian, una escena final que impacta y una Katharine histriónica y digna de un "grand guignol" que desde su primera aparición (con ese vestido y ese pamelón de encaje, bajando en ascensor rodeada de plantas) te deja sentado en la silla con ganas de saber que coño va a pasar aquí. Pues pasa de todo, y uno se da cuenta de que la censura de aquellos tiempos lo que no entendían no lo prohibían y así nos mostraban luego lo que nos mostraban.
"GIGANTE":
Después de dos maricas (Monty y McDowell) llegan dos más a la vida de Liz, y ella como la Jurado cuando se autodefinía como pro-gay, los adopta en sus cada vez más enormes senos. James y Rock haciendo muestra de su falsa hombría se rifan a la Liz en medio de un melodrama épico, a veces fallido, a veces brillante, que deja para el recuerdo un James Dean empapado en petroleo, un rancho en medio de la nada, unos colores increíbles, un metraje a todas luces excesivo y tediososo y tres de las peores caracterizaciones en cuanto a maquillajes de envejecimiento se recuerdan (una para cada uno). Aun con estas es un peli más que notable:
"LA GATA SOBRE EL TEJADO DE ZINC" (CALIENTE, que siempre me ha encantado a mi este apostillamiento)
Liz se pasa la peli en neglillé, luce espléndida (a todos los niveles, seguramente sea su mejor interpretación) y entre niños cojoneros, nueras infumables y padres de buen corazón asiste atónita al resquebrajamiento de su matrimonio con Brick (Paul Newman), por culpa de los jueguitos que este se trae con sus amigos y que la tienen con unas telarañas coñiles del tamaño de Philadelphia:
ETAPA 4: ME PASO POR EL PERITO MORENO TODO:
CORTE DE PELO: CON UN VOLUMEN A CAUSA DE LA LACA SIMILAR EN ALTURA AL DE UNA VIVIENDA UNIFAMILIAR Y YA LLEGADOS LOS OCHENTA UNA MARAVILLA DE LA INGENIERIA CAPILAR: CANAS QUE SE ENTREMEZCLAN CON SU PELO AZABACHE Y DESPUNTADO EN PLAN LOBEZNO.
Liz ya pasa de dietas, engorda, le sale papada, se bebe el Thamesis al lado de Richard Burton, se dan de hostias, juntos pueden mantener con su consumo de diamantes a tres o cuatro minas sudafricanas y su estilismo se vuelve imposible y exagerado. La actriz da paso al ícono, su carrera es una soberana mierda (con honrosísimas excepciones como la de "¿Quién teme a Virginia Woolf?" , esa especie de Gran Hermano de la pareja Taylor-Burton), empieza la época de la astracanada y aquellos tocados maravillosos como de gorro de piscina de maru de antaño y sobre todo , Liz se humaniza.
Su gran amigo Rock Hudson muere de SIDA y ella se lía la manta a la cabeza haciendo por la lucha contra esta enfermedad más que 200 ONG´S juntas.
ETAPA 5. LIZ MARILIENDRES.
CORTE DE PELO: DEPENDIENDO DEL SODOMITA QUE TIENE AL LADO.
Liz ha sido la mayor mariliendres del cine. Valiente ella en unos tiempos en los que tener amigos maricas no era "cool", ella era su manto protector y su paño de lágrimas. Es extraño comprobar como todo gay que triunfaba en la Meca del Cine acudía a ella, pero creo que algo tenían que ver sus enormes tetas y su aspecto matriarcal.
MONTGOMERY CLIFF:
Su gran amigo. Su alma gemela, allí estaban siempre el uno para el otro, pero Monty, marica atormentado, lánguido y (seguro que) un poco pesado se mete un hostiazo en coche y se desfigura su bello rostro. La relación se estropea, Monty esntra en depresión, se aisla totalmente, y por mucho que Elizabeth llama a su puerta, el rara vez responde. Pobre Monty:
ROCK HUDSON:
Rock muere y la Taylor pasa a la acción.
RODDY MACDOWALL:
Sufridor a su lado de la explotación infantil de Jodebú, estuvieron juntos desde enanos hasta la muerte de este:
JACKO:
Quizás la amistad más extraña que se haya visto nunca, tanto o más como la de este mismo con su mono Bubbles. Pero allí estuvieron, hasta el final, dando muestras una vez más de la lealtad de la Taylor con los suyos:
ETAPA 6: ELIZABETH.
Madre, esposa, gorda, vulgar, amiga y terrenal.
ETAPA 7. PERFUMISTA.
La importancia que tuvo, por pionera y por best seller, su perfume, ya nadie la recuerda, pero antes de que usar "Carmen Sevilla" fuese algo indigno hasta para Belén Esteban , mucho antes, llevar un perfume de la Taylor fue lo más. Y ella se forró:
Así que nada Isabelita. Que ahí tenemos tus peliculas para recordarte. las buenas y las malas. DEP.
Y aquí mi más sincero homenaje:
OLE por este post, OLE, de verdad ;)
ResponderEliminarme has dejado, nuevamente, sin palabras!
ResponderEliminarbueno no... MAGNIFICO ARTICULO !
menudo post...
ResponderEliminar...y toda esta vida, todas estas experiencias, acompañadas de una pesima salud, y aún así... siempre estuvo bellisima
Fabuloso post... sin ninguna duda lo mejor que he leído sobre Liz en estos dos últimos días (que ha sido mucho)
ResponderEliminarNo se si a alguien le ocurre lo mismo, pero a mí a veces Stockard Channing me ha recordado mucho a una Liz en su etapa sobradita de kilos...
Stockard Channing siempre ha sido un doble de la Taylor, pero Rizzo puede con eso y con más porque a Dios gracias tiene un talentazo descomunal (de hecho, sin miedo a equivocarme, puedo decir que es mejor actriz que la Taylor)
ResponderEliminarMe uno a las felicitaciones, has hecho un homenaje como se debe, enhorabuena.
ResponderEliminarSi la Taylor lee esto,se levanta de la tumba y te da un par de besos¡¡¡¡
ResponderEliminarMuy bueno.
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ResponderEliminarpaxil
Falsos ojos violeta? No seas tan ingenuo, los tenía violetas de verdad, Larry King dijo en televisión en vivo el día de su muerte "sus ojos no eran azules, eran morados".
ResponderEliminarTe has dado cuenta de que tienes una foto en tu post que ni siquiera es Liz sino una de esas impersonators?
Vaya, tenemos un poco ingenuo en la sala: http://blogs.elpais.com/trending-topics/2011/03/el-secreto-de-los-ojos-de-liz-taylor.html
ResponderEliminarSegundo, ¿me puedes iluminar con la foto de la impersonator? No la ubico
Bueno lo único cierto de ese artículo es que de hecho nadie tiene los ojos violeta, excepto claro, Elizabeth Taylor.
ResponderEliminarY no es ingenuidad, tienes que investigar y encontrarás fotos donde se ve que sus ojos son violetas, además de muchas personas, celebridades y anónimas que la han conocido o visto en persona, han declarado muchas veces que sus ojos de hecho son violetas.
Y la foto de la señora con el vestido rojo y cabello de los 80's no es Liz, es una impersonator.
Ah vale, Liz es el único ser humano en todo el planeta que tiene los ojos violetas. Pos vale.
ResponderEliminarLo del impersonator lo acepto, también tenía mis dudas con esos mofletillos tan plasticosos.
lol, espero no sea sarcasmo! Si quieres entra a mi blog www.lacqueredinblack.tumblr.com y busca violet eyes, encontrarás varias fotos =)
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