Extracto de una conversación ficticia entre estos dos que se comen las perlas en la foto inicial:
- Disculpe señorita, es usted muy guapa.
- Lo sé caballerete, me gano la vida con ello.
- Pero es que está usted realmente rica.
- Tócate los Chaneles con como se las gasta el julandrón este! ¿Cómo se atreve?!
- No me malinterprete mujer. Es usted la criatura con los ojos más hermosos que he visto nunca.
- Por ahí va usted bien caballero. Siga, siga...
- ¿Estudia o modelea?.
- Modeleo, modeleo, pero no me como ni los mocos de mi casi inexistente nariz.
- Ah, pues mire por donde ha tenido usted hoy mucha suerte!
- Uyyyy , no vea!!...
- Que si coñe! Que resulta que yo soy un fotógrafo de moda muy reputado que acaba de enamorarse perdidamente de su maravillosa estructura ósea.
- ¿Cómo de reputado? ¿Reputado en plan fanzine o en plan "yo también he retratado a Kate Moss con el parrús al aire"?.
- Más bien lo segundo. Trabajo para Harper´s Bazaar y todo.
- Pues entonces creo que yo también me he enamorado...
- Si es que sois todas iguales...
- Cretino!
- Béseme, tonta!.
- Por ser usted...
Y así es como TOM PALUMBO y ANNE ST. MARIE formaron una de las parejas más importantes de todos los tiempos en la fotografía de moda. Fueron felices y revelaron algunos de los carretes más glamurosos que se han visto nunca.
Preciosa ella, genial él (sus fotografías en color son impresionantes)
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