Diseñadores: LOS ORÍGENES DEL FARMATINT.

Recuerdo ser un enano cabrón que miraba los VOGUE de su madre a escondidas por miedo al que dirán y flipaba con las propuestas en cuero de un tal CLAUDE MONTANA. El hombre, que a primera vista me daba una grima del quince debido a su perpetua cazadora "bomber", su pinta de marica chunga y, sobre todo, a un pelo y un bigote que harían palidecer de envidia a cualquier plátano de Canarias que se precie.

Luego te adentrabas en su mundo y sólo quedaba rendirte a sus pies, oías una entrevista suya y le veías hablar con esa educación , esa voz cálida y ese optimismo que se te olvidaban todos los desastres capilares y solamente tenías ojos para su talento.

Maestro del volumen, dejaba al personal con la boca abierta con sus (para entonces) arriesgadas propuestas...y entonces fichó por Lanvin.

El acabose! Situó a la casa en lo más alto, volcó todo su estilo en delicados vestidos de gasa y muselinas y echó los restos. PLAS, PLAS, PLAS sonaba por todo París, desde la pitucas de Rue Saint Honoré hasta las putas dePigalle. 

El mundo fue suyo:

Sabedor que, como diseñador, su nombre figuraba ya en las enciclopedias de moda empezó a alejarse de ese mundo. Y eso que nunca imaginó que iba a ser diseñador. "Quería ser lo contrario de lo que mis padres querían".

Se tocapelotas y triunfarás, que diría aquel.

Amante frustrado de la arqueología y del ballet, figurinista ocasional de la Ópera Garnier de París, fue su forma de vestir, que entonces era, digamos, extrema, lo que le llevó a dedicarse a la moda.

Y no le fue mal, a la vista de su currículo, en el que aparecen galardones tan prestigiosos como el Dedal de Oro o el Premio Balenciaga al mejor diseñador. "Siento una admiración profunda por él, y además, mi padre era español. Me tomé el premio como un homenaje a mi familia".

Él y sus musas: Yasmeen Ghauri, Loca del coño Mulder, Mrs. Sarkozy, nuestra Helena Barquilla y por supuesto, la Christensen, laTurlington, la Evangelista, la Crawford y toda aquella que fuese modelo en una época en la que para dedicarse a tan maltratado oficio solamente se  necesitaba una cosa: pertenecer físicamente a una raza superior:

Hasta la anoréxica más famosa del mundo ha sucumbido a sus encantos:

Luego están campañas como la que sigue de sus tiempos en Lanvin. Maravillas fotografiadas por Paolo Roversi (su fotógrafo de cabecera junto a Dominique Issermann) en las que Linda demuestra porque la llamaban "El camaleón", no porque se cambiase de color de pelo cada dos por tres, sino porque lo mismo te aparecía como la fulana más felatriz del reino, que era la serenidad y la elegancia hechas cachonda.


Como el caso que aquí nos ocupa:

Y mi loca del Mulder:

Joder las cosas tan maravillosas que hizo para Lanvin!:

Hablando de mujeres de raza superior. Vamos a hablar de una de sus principales musas y que a mi me recontraflipa, SYBIL BUCK.


De toda la vida de Yves ha habido una modeli punkarra, ahora mismo se supone que es la Deyn, pero como vivimos en unos tiempos melifluos y políticamente correctos pues la pobre nos ha salido un poco edulcorada y un tanto sosainas por mucho que saque la lengua y se calce unas Dr. Martens. Pero en la época gloriosa de las supermodelos había dos que parecían salidas del culo de Malcom McLaren, una de ellas era la Buck (la otra era Eve Salvail).


Sybil tenía un pelo rojo como una panocha, piercings y argollas y, sobre todo, era guapérrima. Montana la adoraba, Saint Laurent, Gaultier o Herve Leger más de lo mismo. Verla con sus pintas de indignada del 15M desfilar con la Alta Costura propia de alguna rancia beata adicta al agua de la pila bautismal era una jodida maravilla. Yo la quiero. La quiero mucho:

Mírala aquí (fotografiada por Bettina Rheims), como buena punkarra, como nos demuestra que anarquía y depilación del horcate siempre han estado reñidas. MUSA!:

Y para finalizar y aprovechando que hemos nombrando a Lanvin, el campañón de la semana y, si me lo permitís, del año. Hace unos días que veía la nueva campaña de Lanvin y me parecía más de lo mismo. Modelacas (Raquelita y Karen), superfotógrafo (Meisel), fondos lujosos y poses forzadas supuestamente transgresoras. Nada nuevo en el mundo de la compra-venta:

Pero ayyyyyy amigo cuando la cosa se ve en movimiento y todo cobra sentido. Meisel nos pone a las dos putiplistas a bailar al ritmo de Pitbull, nos las transforma en reaggetoneras, nos las viste de oropeles y nos la sonoriza de velcro y lycra. UNA JODIDA MARAVILLA!


Me remonta a aquellos tiempos en los que en Marbella podías ver a Nati Abascal vestida de Oscar de la Renta y bailaba desaforada al ritmo de "El Venao" o "La Mayonesa". Porque sí, amigos míos, las grandes señoras también escuchan los 40 Principales. 


Pueblo y Nobleza más unidos que nunca.


Si encima ya me bailan con una arritmia encantadora y humanizante, se acompañan de dos maromos sobriamente vestidos que hacen que los bailes de estas parezcan dignos de una coreografía del Bolshoi y al final sale el enano gordito haciendo el gilipollas, la cosa se convierte en arte. Pero arte del bueno, del que se pasa los prejuicios por el arco del chete y usa el sentido del humor de la mejor manera en la que este se puede usar, sin ningún tipo de pudor: