El otro día vi una maravillosa película de Ozu que lleva por título el encabezamiento de hoy y, qué cosas, inspiró el post que aquí acontece dedicado a dos fotógrafos que se centran en la perfección imperfecta de una etapa tan cruel. Dos maneras de entenderla:
1
TONY KELLY
La juventud que nos muestra Mr. Kelly es una juventud pudiente e hipócrita, de esa que te mira mal por levantar el meñique al coger la taza pero que luego en la intimidad de su loft con vistas a Central Park se tragan la lefa de su pareja y no derraman ni una gota. Horas de práctica detrás de tanto virtuosismo.
Jóvenes y jóvenas de aparatos reproductores alegres y transnochados, de carnes tostadas al sol de Montecarlo, de rayas de farlopa distibuidas por toda la casa como el que distribuye los recuerdos de una infancia en Torremolinos por la suya y de aspecto de nuevos ricos, que para mi siempre han sido los buenos, porque ser rico y no pretender aparentarlo me parece un despropósito, que ya tenemos el resto bastante con lo que tenemos.
Que tanta frivolidad, sexo, humor zafio, colores estridentes y resquicios de Peeping Tom vengan de alguien que comenzó su carrera disparando flashazos para la Agencia Reuters en sitios como Rwanda o Afganistán no hace más que engrandecerle. Supongo que su origen irlandés tiene mucho que ver pues no conozco gente que trivialice más las cosas y tenga más los pies en la tierra, así lleven 30 pintas metidas en el cuerpo.
Actualmente trabaja mucho para GQ, Playboy Francia o American Apparel, que él es mucho de esa noble escuela de enaltecer macho y someter hembra que tanto mola y que tanto exaspera a los colectivos malfollantes. A mi me gusta. Me gusta mucho:
2
ELAINE CONSTANTINE
Ella es otra cosa, ella es la felicidad y la juventud ingenua, esa que tuesta malvaviscos en torno a una hoguera y se fuman un porrete de vez en cuando siempre que no tengan examen al día siguiente.
Elaine, aunque la Ricci nos demuestre lo contrario, es la felicidad hecha foto, la felicidad de la juventud, esa etapa que muchos envidian pero que frente a la regularidad de la infancia y la madurez es una jodienda muy grande, tan llena de dudas, rupturas e incertidumbres dejando la seguridad del retoño para adentrarse en un mundo adulto que produce, miedos, temeridades y cierto canguelo.
Elaine nace en Lancanshire, que es de esos nombre tan molones que les ponen los ingleses a sus pueblos y que te retrotraen al Duque de Devonshire, a Retornos a Brideshead y a Sebastian abrazado a Aloysius soñando con aferrarse a mástiles mayores. A tardes de té con adorables ancianitas que acaban de podar sus competitivos rosales y a Sid Vicious potando en la cara del respetable. Como Cerecinos del Campo, pero en fino.
Luego claro ¿pa dónde tira la buena mujer?, pues pa Londres, como no. Allí entra a trabajar como asistente de Nick Knight y desde entonces todo le va sobre ruedas con un estilo que irradia una felicidad de esas que no es que moleste, es que ya directamente te jode.
Actualmente trabaja para THE FACE, I-D o VOGUE y por ganar ha ganado hasta el John Kobal de fotografía, que no tengo ni puta idea de lo que es y mucho menos conozco su importancia pero viendo la lista de sus premiados tiene que ser la rehostia.
A disfrutar:
Me quedo con las mas perversas!
ResponderEliminarZepequeña.
Yo también. Tony Kelly me ha parecido saturadamente Wesselmann.
ResponderEliminarY eso que la Hutton me encanta.
ResponderEliminarEl edito de la Hutton y Georgina es genial¡¡¡
ResponderEliminarLas fotos de las chica con los muñecos me han encantado.
Pues a mi las fotos de Elaine me parecen inquietants como poco...
ResponderEliminarinquietantes... el it cat no me deja escribir.
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