miércoles, 30 de junio de 2010

Fotógrafos : EN UN MERCEDES BLANCO LLEGÓOOOOOO!



Que ya tiene bemoles que no le haya dedicado todavía un post como se merece al señor este con cara de borderline que aparece aquí arriba tan bien flanqueado por la Kass, la Murphy y la Lindvall.

Y es que MARIO TESTINO, ese peruanito con posibles e ínfulas de londinense es uno de los fotógrafos de moda más reputados de la actualidad, debido en parte a que su estilo es sexual, que a fin de cuentas siempre tiran más dos tetas que dos carretas y aquí se trata de vender, pero no molesta. En definitiva, que Covadonga O´Shea sería capaz de mearse con la braga a media pierna en su retrato de Monseñor delante del párroco de La Almudena, montarse la tijera con Pitita Ridruejo y tirarle un tordo a Rouco Varela, con tal de tener una editorial de Testino en el Telva.

Le gusta más un brasileñito en fardahuevos que a La Campos una braga-faja y esa mezcla de glamour, elegancia, cierta cerdez y unas dosis enormes de felicidad que más que molestar, joden, son señas inequívocas de su identidad.

Actualmente no es difícil verle mes tras mes en Vanity Fair, VOGUE o cualquier revista de CondeNast que se precie y las cosas le van mejor que bien, pero su mayor golpe de efecto (y cuando consiguió el reconocimiento mundial) fue gracias a un poste, un Mercedes hostiao, unos paparazzis que ríete tu de los de Fellini y una princesa moribunda. Resumo:

La princesa triste de mirada azorrada que se casó con uno de los vestidos nupciales más horribles que estos estrábicos ojos recuerdan haber visto nunca, se cansó de que "Orejitas" le pusiese más cuernos que a los ciervos de Balmoral, así que ella ni corta ni perezosa se puso el higo por montera, se lió con el hijo egipcio heredero de unas tiendas de ultramarinos tamaño "King Size" y quiso decirle al mundo vestida por su gran amigo Gianni que desde que se la jincaban por delante y por detrás era una mujer más feliz que el fundador del KuKuxKlan en la premiere de "Montoyas y Tarantos".

Testino la fotografió para la feria de las vanidades y ella, a los cinco meses de tal sesión, salía a orear el coño por las calles de París después de una noche de pasión en el Ritz. El resto ya es historia...

Testino alcanzó la gloria. Afortunadamente no necesita de golpes de efecto tan burdos y siniestros como este que acabo de relatar y su fantástico trabajo habla por si solo: