jueves, 15 de noviembre de 2012

Diseñadores: "HOORAY FOR HOLLYWOOD! (PARTE I)"

Empiezo con este una serie de post dedicados a la Moda en el Cine y como estos dos términos han ido cogiditos de la mano durante más de cien años. Traperío y Películas, mis dos grandes pasiones juntas. Me lo voy a pasar como teta de novicia!

Comenzaremos con el Hollywood de principios a mediados de siglo, aquel que para vender entradas se inventó palabros como "glamour" o "estrella" (este último, un invento de Louis B. Mayer que, como buen judío, era más listo que el hambre y se sacó de la manga aquello de "más estrellas que en el cielo" para definir la plantilla que tenía en su estudio, la Metro Goldwyn Mayer. Aseveración que no estaba muy lejos de ser cierta).

El caso es que para vendernos la moto y hacernos creer que sus actores eran poco menos que dioses, la Meca del Cine puso en marcha una maquinaria acojonante de publicistas, RR.PP., fotógrafos, maquilladores y diseñadores de vestuario.

La enorme importancia y repercusión social que tuvieron las creaciones de estos personajillos en la plebe han hecho que, por ejemplo, a las chaquetillas de punto se las llame "rebecas" por obra y gracia de esa Joan Fontaine acosada por la bollera de su ama de llaves, a las bailarinas "sabrinas" debido a una Audrey Hepburn cenicientosa, que al cuello cisne durante un tiempo se le llamase "cuello Perkins" (término que me encanta) por culpa de aquel psicópata con complejo de Edipo que interpretaba Anthony Perkins o que Clark Gable al quitarse la camiseta en "Sucedió una noche" y enseñar su torso desnudo, tuviese que pedir disculpas y afirmar que en la vida real él usaba camiseta interior ya que las ventas de dicha prenda habían bajado casi un 80% después que los señores de Tulsa u Oklahoma viesen que "El rey" llevaba los cacahuetes al aire.

La función de estos diseñadores era doble, por un lado tenían que estudiar la psicología del personaje y crear unas prendas que se adaptasen a la personalidad del mismo, por otro, pensar en telas y texturas que beneficiasen al fotógrafo e iluminador y que luciesen en cámara. Personalmente me encanta esta época porque se pasan por la pepitilla aquello de la veracidad histórica y hacían lo que les daba la soberana gana. 
Espectacularidad era su máxima a seguir y quien quisiese ver realidad que se comprase el periódico. Esto es cine amigos. El mayor artificio que el hombre ha inventado nunca.

Empecemos por algunos de mis favoritos (habrá más).

IRENE SHARAFF

Esta señora tan fea de aquí abajo que tal parece que se va a poner a picotear y a soltar huevos por el culo es una de las diseñadoras de vestuario más importante de todos los tiempos. Considerada heredera natural de Edith Head, su carrera es una mierda pinchada en un palo comparada con la de esta en cuanto a cantidad de películas, sin embargo La Sharaff, con apenas 30 películas en su haber, se ha alzado con cinco estatuillas de la Academia. No está nada mal.

Irene amariconó hasta extremos insospechados a navajeros portorriqueños vistiéndolos de hermosos y estridentes colores que aprovechaban el Technicolor de la época en "West Side Story". Y es que lo suyo fueron los musicales: "Un americano en París" (o como trasladar todo el impresionismo a unos trapos de morirse del goce), "Hello Dolly!", "Brigadoon" (puso de moda el tartán), "Ellos y Ellas" o, sobre todo, "El Rey y yo", aquel peliculón ampuloso y un tanto irregular en el que Deborah Kerr y Yul Bryner llevan unas creaciones encima de sus hermosos esqueletos que quitan el sentido.

En mi vertiente friki, confesar que me encanta lo que hizo con Faye Dunaway en "Queridísima Mamá", película ideal para todo aquel que no sabe que uso dar a sus perchas, le guste la carne poco hecha o quiera cagarse en la madre que parió a Joan Crawford hasta el último de sus días :

Irene Sharaff por Richard Avedon.
© Irene Sharaff.
Rosalind Russell.
Marlon Brando, Jean Simmons, Sinatra y Viviane Blaine en  "Ellos y ellas".
Gene Kelly y Cyd Charisse en "Brigadoon".
Gene Kelly y Cyd Charisse en "Brigadoon".
Rita Moreno en "West Side Story".
Natalie Wood en "West Side Story".
"Alicia en el País de las Maravillas".
Deborah Kerr en "El Rey y yo".
Deborah Kerr en "El Rey y yo".
Deborah Kerr en "El Rey y yo".
Yul Bryner en "El Rey y yo".
Shirley McLaine en "Can-Can".
Joan Bennett en "Perversidad".
Danny Kaye en "La vida secreta de Walter Mitty".
Barbra Streisand en "Hello Dolly!".
© irene Sharaff.
Faye Dunaway en "Queridísima Mamá".
Lucille Ball en "Ziegfield Follies".
Leslie Caron en "Un americano en París".
Leslie Caron y Gene Kelly en "Un americano en París".
Leslie Caron y Gene Kelly en "Un americano en París".
Leslie Caron en "Un americano en París".
Leslie Caron y Gene Kelly en "Un americano en París".

Sin embargo hay una película que destaca sobre el resto de su filmografía: "Cleopatra".

La historia de la reina egipcia que ponía todo palote a Marco Antonio y traía por el camino de la amargura a Julio César, costó tanto que su presupuesto dejaría al del "Titanic" de James Cameron a la altura de "El E.T. y el Oto" de Los Hermanos Calatrava.

Decorados impresionantes, una Taylor que casi palma por culpa de una neumonía, una pareja protagonista que entre enamoramientos, folleteos, discusiones (con sus posteriores reconciliaciones), diamantes y melopeas casi acaban con la paciencia del Santo Job (en este caso cambiaremos Job por Makiewicz) y un vestuario nunca antes visto.

Aquí La Sharaff echó el resto y se marco un tour de force espectacular. Acabó con las reservas de oro de Fort Knox y se volvió medio tarumba con los cambios de peso de la mujer de los falsos ojos violeta (uno de los mejores pasatiempos al ver la peli es comparar una escena cualquiera con la siguiente, escenas en la que la voluble Cleopatra puede tener una diferencia de hasta 15 kilos en su diminuto cuerpo).

La película fue un éxito incontestable a la altura de las aventuras de Escarlata O´Hara, las colas en los cines interminables, Richard y Liz eran los reyes del mundo y toda mujer que se preciase quería hacerse con un eyeliner y pintarrajearse el ojo como la reina egipcia pero, debido a su presupuesto (al cambio actual serían unos 800 millones de dólares), casi acaba con la Fox, la cual no se recuperó de sus maltrechas arcas hasta que se estrenó "La guerra de las galaxias"... 14 años después!.

¿Resultado? Un Oscar para La Sharaff, unos trapos y tocados que siguen en la retina de todo el mundo , el peinado imperturbable de Ana Blanco, una nariz superlativa, una entrada en Roma de llorar y unos momentos de carácter intimista entre tanto mamotreto y espectacularidad que, de hermosos y llenos de verdad, hacen que se te meta una mota de polvo en el ojo de vez en cuando...

 Elizabeth Taylor en "Cleopatra".
 Elizabeth Taylor en "Cleopatra".
Elizabeth Taylor en "Cleopatra".
Elizabeth Taylor en "Cleopatra".
Richard Burton y Elizabeth Taylor en "Cleopatra".
Rex Harrison y Elizabeth Taylor en "Cleopatra".

Mírala como le da al vicio. Fumar mientras se está rodeado de telas que son de todo menos ignífugas es una extraña relación que no sabría como explicar. Temerarios que nos llaman. Tú dale Irenilla, daleeee! Que pa cuatro días que vamos a estar aquí no va a venir La Milá a tocarnos los mamelos!:


ADRIAN

Uno de los mayores errores de la Academia. El inventor de la quintaesencia del glamour no tiene ni un mísero Oscar, y eso que hablamos del diseñador de vestuario de "minucias" como "Historias de Philadelphia" (o como ir en albornoz y dar asco de lo elegantes que lucen todos), "Mujeres", "El puente de Waterloo", el "Romeo y Julieta" de La Shearer, "San Francisco" o ..."El Mago de Oz"!

Adrian.
Judy Garland en "El Mago de Oz".
"El Mago de Oz".
Jack Hayley en "El Mago de Oz".
Margaret Hamilton en "El Mago de Oz".
Bert Lahr  en "El Mago de Oz".
Judy Garland en "El Mago de Oz".
Katharine Hepburn, Cary Grant y James Stewart en "Historias de Philadelphia".
Katharine Hepburn y Cary Grant en "Historias de Philadelphia".
Katharine Hepburn y James Stewart en "Historias de Philadelphia".
Katharine Hepburn y James Stewart en "Historias de Philadelphia".
Katharine Hepburn en "Historias de Philadelphia".
Norma Shearer en "Romeo y Julieta".
Norma Shearer y Leslie Howard en "Romeo y Julieta".
Basil Rathbone en "Romeo y Julieta".
Vivien Leigh en "El puente de Waterloo".
Spencer Tracy, Ingrid Bergman y Lana Turner en "Dr. Jeckyll y Mr. Hyde".
Spencer Tracy en "Dr. Jeckyll y Mr. Hyde".
Jean Harlow.
John Barrymore en "Maria Antonieta".
Norma Shearer en "Maria Antonieta".
Jeannette McDonald y Clark Gable en "San Francisco".
Norma Shearer, Joan Crawford y Rosalind Russell en "Mujeres".
© Adrian.
© Adrian.
Rosalind Russell.
Boris Karloff en "Fu-Manchú"

Míralo aquí que chulito con la que fue su musa:

Adrian y Greta.

Y es que Adrian fue el diseñador fetiche de "La Divina" en todas y cada una de sus películas desde los comienzos del cine sonoro.

A La Garbo le hizo perder la cabeza por los encantos del capitalismo y un estrambótico sombrero en la gran "Ninotchka" ("Garbo ríe!" anunciaba la publicidad de la época, dando a entender que la siesa sueca, esa que moría mejor que nadie en pantalla, se había pasado a la comedia), la travistió de modo elegante y sensual en "La reina Cristina de Suecia" (magistral uso del vestuario y de cómo, aún travistiéndola de hombre, La Garbo sale hermosa y ultrafemenina) y la convirtió en "Anna Karenina", "Margarita Gautier", "La dama de las camelias" o toda aquella heroína "Bigger than life" que cayese en sus manos.

Se metieron juntos la gran hostia con "La mujer de las dos caras" pero, al contrario que esta, el nunca pronunció aquello del "leave me alone" y pasó de retirarse.

Decidió seguir deleitando con su arte. Y muchos se lo agradecemos:

"La reina Cristina de Suecia".
© Adrian.
"Mata-Hari".
"Mata-Hari".
"Ninotchka"
"La dama de las camelias"
"El velo pintado".
"Margarita Gautier".
"La reina Cristina de Suecia".
"Anna Karenina"
"Gran Hotel"


ORRY-KELLY

Este sin embargo tiene tres Oscar, uno de ellos por "Un americano en París", que es esa película que nadie tiene nunca claro quien es su diseñador porque siempre se le agencia a todo quisqui (de hecho el Oscar fue ex-aequo con La Sharaff y Walter Plunkett).

Sea como fuere, cuando volaba en solitario era capaz de mostrarnos a una Ava Gardner mitad cariátide mitad calientavergas en "Venus era mujer", convirtiéndola así en megaestrella. Vistió a Boggey y La Bergman en "Casablanca", nos mostró a la primera hija de la grandísima puta del cine negro (Mary Astor), en "El Halcón Maltés", marcó la famosa pollera de Errol Flynn (esa con la que tocaba el piano en las fiestas) en muchas de sus aventuras y, ya al final de su carrera, deslumbró con el vestuario de "Gipsy", creó una gran polémica con el vestido que casi deja al aire las tetas de una ajamonada Marilyn (y lleva un corazoncito transparente en una nalga) en "Con faldas y a lo loco" o nos deleitó con las peripecias de la furcia más dulce que haya alquilado su sexo a orillas del Sena en "Irma la Dulce".

Ver a mi Shirley con sus medias y sus lazos verdes, caniche en mano, mientras se enamora de un gendarme, es uno de los mayores placeres del mundo:

Toni Curtis calzándose los tacones de "Con faldas y a lo loco".
Joan Crawford.
Olivia de Havilland en "Robin de los bosques".
Kay Francis.
Ava Gardner en "Venus era mujer".
Ava Gardner en "Venus era mujer".
Gene Kelly, Mitzi Gaynor, Kay Kendall y Taina Elg en "Las Girls".
Gene Kelly, Mitzi Gaynor, Kay Kendall y Taina Elg en "Las Girls".
Kay Mandalay.
Kay Kendall, Angela Lansbury y Rex Harrison en "Mamá nos complica la vida".
Shirley MacLaine en "Irma La Dulce".
Marilyn en "Con faldas y a lo loco".
© Orry-Kelly.
jack Lemmon y Toni Curtis en "Con faldas y a lo loco".
Natalie Wood en "Gipsy".
Natalie Wood en "Gipsy".

¿Su musa? Bette Davis. La mujer con los ojos de sapo más influyentes de la historia (con permiso de Susan Sarandonga, a la que Kate Bush ya está tardando en dedicarle una canción), esa que dio rienda suelta a su malafollá en hitos como "La carta" o "La loba", sufrió como una perra en "Amarga Victoria", jugó a ser Vivien Leigh en "Jezabel" y fue avejentada hasta el exceso en "La vida privada de Elizabeth & Essex".

Conociendo a la Davis y como se las gastaba, debían estar a hostia limpia día sí, día también, pero aguantó estoicamente a su lado durante más de dos décadas, convirtiéndose así en fiel amigo y confidente. Y ser confidente de la Davis, es ser muy confidente.

Ella le debe mucho:

Bette Davis en "Jezabel".
Bette Davis en "La vida privada de Elizabeth y Essex".


WALTER PLUNKETT

Este hombre, solamente por haber realizado el vestuario de la película más importante de todos los tiempos a nivel icónico, tiene el cielo ganado...

Más de 2000 bocetos que realizó el bueno de Walter incluso antes de que se supiese quien iba a encarnar a la heroína de las rojas tierras de Tara.

ePro como no sólo de enormes miriñaques vive el hombre, Plunkett nos mostró a Fay Wray con un vestido harapiento que dejaba ver su combinación mientras un enorme simio intentaba enchufársela con escaso éxito en "King Kong", engalanó muchos de los elaborados trajes del tándem Astaire-Rodgers, vistió a las "Mujercitas" de Louise May Alcott en dos ocasiones, saboreó las mieles del éxito a nivel popular con cosas como "Cantando bajo la lluvia" o "El padre de la novia" en incluso se atrevió con la ciencia ficción en ..."Planeta Prohibido", con un par, que pa chulo ya está él:

Cyd Charisse en "Dos semanas en otra ciudad".
Gene Kelly y Debbie Reynolds en "Cantando bajo la lluvia".
Gene Kelly y Cyd Charisse en "Cantando bajo la lluvia".
Gene Kelly en "Cantando bajo la lluvia".
Cyd Charisse y Gene Kelly en "Cantando bajo la lluvia".
Maureen O´Hara en "Esmeralda La Zíngara".
Ginger y Fred en "La alegre divorciada".
Frank Sinatra, Dean Martin y Shirley MacLaine en "Como un torrente".
Eva Marie Saint, Montgomery Clift y Elizabeth Taylor en "El árbol de la vida".
Lana Turner y Gene Kelly en "Los tres mosqueteros".
Lana Turner en "Los tres mosqueteros".
Lana Turner en "Los tres mosqueteros".
Katharine Hepburn en "Mujercitas".
Ava Gardner en "Magnolia".
Katharine Hepburn en "Mujercitas".
Anne Francis en "Planeta Prohibido".

Pero volvamos a su película más importante, aquella en la que cada vestido debía llevar más metro de tela que el toldo del Circo Price.

Desde el diseño más famoso de todos los tiempos, ese que se agenciaba Escarlata con unos cortinones horrorosos de terciopelo verde para hacerle la chula y la pudientona delante de Rhett, hasta el que lleva cuando enviuda y escandaliza a toda la sociedad de la época pasándose por su chete sureño todas las normas de protocolo vigentes y marcándose unos bailoteos con Gable.

Del primero al último de los trajes que salen en esta película son una pequeña obra de arte, de la meliflua Melania a la sufrida Mami, de la Madame que ayuda a la O´Hara  hasta el dependiente de la tienda de ultramarinos, los detalles están cuidados con un mimo casi enfermizo.

¿Mis favoritos? El vestido inicial en el que se nos muestra por primera vez a la protagonista y el del final, aquel rojo putón que lleva Escarlata cuando, desortada, se tira al suelo (ella era muy melodramas) mientras Mr. Buttler le dice que le pueden ir dando muy mucho por donde se amargan los pepinos:

Vivien Leigh en "Lo que el viento se llevó".
Vivien Leigh en "Lo que el viento se llevó".
Vivien Leigh en "Lo que el viento se llevó".

© Walter Plunkett.
© Walter Plunkett.
© Walter Plunkett.
© Walter Plunkett.
© Walter Plunkett.
© Walter Plunkett.
© Walter Plunkett.




13 comentarios:

  1. Que ojo tiene usté!!!!!!!
    R.T.

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  2. No nos ha podido gustar más el post! Pero qué gustazo de estilismos! Antes sí que se cuidaban las cosas!

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  3. Felicidades por el post Abraham. Alqo que no acabo de entender es por qué los estudios sobre historia de la moda rara vez tienen en cuenta estos genios creadores. Pareciera como que diseñar para cine fuera una liga inferior... Y lo cierto es que nombres como Irene, Adrian, Plunkett iban más allá que ser meros figurinistas.

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  4. Lo he leído enterito, me ha enganchado desde el principio. ME dedico al vestuario en cine y publicidad y nunca había visto un post tan increíble sobre nosotros, los "costureros de la farandula"

    Besiños y te sigo :)

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  5. Casi me emociono cuando he llegado al final y hablas sobre el vestido de "la señorita Ehhcalaaata"... me estremezco, de verdad, me estremezco.

    Gracias por regalarnos tanto, así como quien no quiere la cosa, o sí.

    No puedo esperar al siguiente.

    simmonsaid

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  6. Muchas gracias chicos, me encanta que os encante!

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  7. Genial el post, como siempre. Adoro la mezcla de moda y cine y si encima la glosas con tu prosa, más.

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  8. Tu blog me tiene enamorada, lo visito siempre desde el silencio. Me encanta como escribes, las imágenes que eliges, tu estilo, te admiro muchísimo. Un abrazo

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  9. Me encanta el post! Super currado!
    Un blog genial, te sigo ya! Te dejo el mio por si quieres echarle un vistazo y seguirme si te gusta :D
    Un saludo.

    http://eldiariodeunconde.blogspot.com.es/

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  10. Vuelvo a escribir dos meses después, esperando la segunda parte.

    Estarás triunfando por ahí, pero no te olvides que los pobres necesitamos pan, aunque sea del duro.

    Gracias por adelantado.

    simmonsaid ;.)

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  12. Un post digno de ver y leer... ¡que gusto!
    Increible como la moda se engarza con el séptimo arte y como muestra su maquinaria ante el espectador (y nosotros sufrimos sus consecuencias como bien anuncias al principio).

    un 10!
    con ganas de seguir leyendo

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  13. Siempre sigo tu blog y tus historias, me encanta jajaja
    Puesto que me ha llegado una cadena de One Loving Blog Award (una especie de premios de los blogs que mas nos gustan), he decidido pasartelo a ti.
    Puedes verlo aqui: http://diariodeartistas.blogspot.com.es/
    gracias, saludos!!

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DI ALGO COÑO!