domingo, 2 de septiembre de 2012

Fotógrafos: MODERNOS DE EL MUNDO. YO, OS PERDONO!

Porque aunque os creáis que una foto moderna es retratarse a golpe de Polaroid con unas Wayfarer, la lengua fuera y el dedo medio erguido pasando por alto cualquier atisbo de técnica, composición, encuadre o creatividad cuando ser moderno es otra cosa...:

Lisa Taylor, 1975 © Helmut Newton.

Y en muchas ocasiones penséis ser el puto ombligo de esos paraísos artificiales generalmente ridículos que os montáis:

Tom Murphy, 1948. © Minor White.

Hay algunos especímenes que con su trabajo dignifican la imagen del moderniqui. Gente que en la actualidad domina el cotarro de la modernidad, pero que no por ello dejan de lado el talento. Varios ejemplos:

CASS BIRD

No es que me mate pero a veces reconozco la grandeza de esta buena mujer:

Andrew Garfield © Cass Bird.
Daria © Cass Bird.
Daria © Cass Bird.
Simon Nessman & Co. © Cass Bird.
Simon Nessman & Co. © Cass Bird.


MICHAEL DONOVAN

Neoyorkino de mi quinta que me gusta por su sentido del humor y por su incorrección. Felatrices, sumisión femenina y mucha influencia de Dios Newton o Dios Avedon unido a un  poco de pulp, Russ Meyers o el porno de los setenta, pasado por el filtro de la elegancia.

Trabaja para revistas como Wonderland, Vision China, Smug, Bullet, Lovecat o Marie Claire y hasta nuestra Sheila Márquez, maravilla entre las maravillas patrias, protagoniza alguna de sus estupendas editos:

© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.
© Michael Donovan.

WALTER PFEIFFER

Suizo que lleva más de 40 años en el candelero y que algunos tildan en su ignorancia como una especie de Juergen Teller cuando ya era alguien en el mundo de la fotografía en los tiempos en los que Teller todavía no había catado ni el pezón izquierdo de la Rampling.

Pero sí, sus estilos se parecen, aunque Pfeiffer es más una especie de Nan Goldin en su mariconeo que  un follatrón heterazo como el Teller y sus mujeres Hemultonianas.

Su estilo se ha adaptado a los tiempos y es por ello que ahora se mueve como pez en el agua en publicaciones como BUTT, Electric Youth! o VOGUE Hommes International, y que sea referente en las obras de gente como Ryan McGinley o Wolfgang Tillmans:

© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.
© Walter Pfeiffer.

DANIEL SANNWALD

Por avatares de la vida, he pasado de ser un burguesito aburguesado del tipo "Gallardón debería dejarse de tonterías y darle un par de pollazos a Espe" a convertirme en un espécimen raro rodeado de modernas que a la mínima te hablan de David Lachapelle o El puto Richardson (sí, ese que siempre critico y que en su obra usa metáforas tan ingeniosas como el representar un falo con una barra de pan y que es venerado por, "oooh, que ingenioso!",  fotografiar a Batman dándose el lotazo con Robin).

De vez en cuando alguno se sale de la tónica general y te habla de Juergen Teller, Slimane, Miles Aldridge o Nick Knight.

A partir de aquí la nada absoluta. Como si no hubiese otro fotógrafo en esto de la modernez que fuese digno de elogio. Todo un misterio.

Pues bien, Daniel Saanwald es uno de ellos. Fotógrafo que colabora en biblias de lo chachimonguis como MUSE, Purple o I:D.

A mi me encanta porque es consciente que para crear algo nuevo y transgresor no hay nada como mirar al pasado. Lo mismo te hace una edito basada en mitos del terror como el Nosferatu de Murnau, el King Kong de la RKO o La novia de Frankenstein versión James Whale, que te coge a la Ofelia de Millais y te la viste de Van Noten, pasa por la turmix a Giacometti y Magritte, se suelta con unos ojos luminiscentes dignos de esas panda de mini-cabrones que gozaban jodiendo la marrana en El pueblo de los malditos o se desmarca con una versión bastante sui generis de El columpio de Fragonard.

Casi :

© Daniel Sannwald.
© Daniel Sannwald.
© Daniel Sannwald.
© Daniel Sannwald.
© Daniel Sannwald.
© Daniel Sannwald.
© Daniel Sannwald.
© Daniel Sannwald.
© Daniel Sannwald.
© Daniel Sannwald.

DAMIEN BLOTTIERE

Gabacho que estudió para ser diseñador de moda y en vez de acabar usando la tijera para realizar patrones se ha puesto como loco a recortar para darle al tema collage.

Este toque artesanal que combina creatividad, innovación y ganas de experimentar con diferentes técnicas en una sola obra le ha abierto las puertas del mundo de la moda y ha trabajado para firmas como Pierre Hardy, Carven, Stella McCartney, Hermes o Bernard Willhem y para publicaciones como GQ, Velvet, VMan o Número.

A mi me parece un crack que crea con su técnica un efecto 3D que en combinación con el uso de cuerpos despelotados transforma la imagen en una obra de arte. Tiene estilo propio y eso, en los tiempos que corren, es un plus:

© Damien Blottiere.
© Damien Blottiere.
© Damien Blottiere.
© Damien Blottiere.
© Damien Blottiere.
© Damien Blottiere.
© Damien Blottiere.
© Damien Blottiere.
© Damien Blottiere.
© Damien Blottiere.
© Damien Blottiere.
© Damien Blottiere.
© Damien Blottiere

RYAN McGINLEY

Y en estas que llega mi favorito de todos los modernikis que cortan la pana en la actualidad. Bien sabe la Virgen de Regla, la de La Cabeza y San Antonio de Padua que no soy yo muy amigo (más bien todo lo contrario) de la obra de Larry Clark y que Terry Richardson será todo lo cool que la gente quiera que sea pero a mi me parece un enorme bluff perfectamente orquestado por un tío muy listo que cual Aladino 2.0. ha conseguido hacer realidad los tres deseos fundamentales de cualquier heterosexual que se precie:

- Tirarse a toda aquella cachonda que se le ponga por delante... del objetivo.
- Enseñar la churra a mínima de cambio.
- Forrarse.

Y en estas que aparece Ryan McGinley que tiene que ver todo y nada con la parejita mencionada en el párrafo anterior. Desnudez, jóvenes efebos que rozan la anorexia, sexo que en ocasiones (las menos) llega a ser explícito, cierta dejadez estética llena de quemados, desencuadres, grano... Lo más para cualquier neuras que se precie.

Sus imágenes son como pillarte un pedo de órdago y al levantarte ponerte a mirar las fotos de la noche anterior. Para entendernos mejor, son como esas que intentan hacer las modernas de mierda una y otra vez con nulos resultados sin darse cuenta que para hacer una buena foto hace falta algo más que poner morritos, los brazos en jarra, inclinarse hacia adelante y creerse la hija putativa de Deborah Harry.

Pero las fotos de McGinley molan, molan para bien. Dan cuenta de un maravilloso hedonismo, un rendido culto a la juventud y a la belleza. Cientos de jóvenes saltan, brincan, se emborrachan, patinan, corren monte a través como Yves los trajo al mundo y hasta si los pillas en un renuncio, se inculan y se segregan.

Algunos podrán considerarlo pornográfico pero sinceramente pienso que la belleza de estas fotos reside precisamente en su desnudez. No en la desnudez de sus protagonistas, sino en la sincera desnudez de la propuesta: fotos que parecen (sólo parecen) espontáneas o tomadas en el momento justo y que logran transmitir una alegría de vivir y un optimismo que a mi por lo menos me toca la fibra sensible.

No son novedosas, ni falta que hace. A día de hoy todo está inventado y el que piense lo contrario se dará tantas hostias en el carnet de identidad que este deberá ser renovado semestralmente por falta de espacio. Es más, su obra me recuerda a obras de pintores como Thomas Eakins, algunas de cuyas obras más famosas se dejan sentir en la obra de McGinley.

Pero a mi me siguen entusiasmando, y es que como decía aquel: "amar lo inmaduro es suplicar la inmortalidad".

En la actualidad en el nuevo niño bonito de la fotografía y el mundo de la moda no lo ha querido pasar por alto. Campañas para Wangler y Stella McCartney o editoriales para VOGUE y Dazed&Confused lo atestiguan. 

Esperemos que dure, porque si ya me molan sus desnudos con animales:

© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.

O sus fotos más famosas:

© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.

Cuando me junta animales, desnudos, sentido del humor y color, me gana:

© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.
© Ryan McGinley.

De pronto me doy cuenta que tanta modernez me supera y que enseguida el cuerpo me pide unirla a algún rancio de estos que tanto venero. Entonces me acuerdo de Harry Benson y de esta foto que le hizo en su día a Ryan McGinley:

Ryan McGinley © Harry Benson.

Que, por si alguno no lo ubica, es el artífice de esta foto en la que los Beatles se daban de almohadazos en una de las habitaciones del Hotel George V.,  foto que junto a tropecientasmil más conforma un extentísimo reportaje gráfico que les hizo mientras los acompañaba por Francia para ser testigo gráfico de la beatlemanía para el diario londinense The Daily Express:

The Beatles © Harry Benson.

Además obtuvo pleno acceso al entorno privado de los Beatles y tomó algunas de las imágenes más intimas de la banda e incluso documentó su llegada a los EE.UU., su visita a Nueva York, su aparición en el Show de Ed Sullivan, su encuentro con Cassius Clay o la última gira juntos por las américas, aquella en la que John Lennon espetó sin sonrojo alguno (y con toda la razón del mundo) "somos más conocidos que Jesucristo".

Pero Benson es mucho más que los cuatro de Liverpool, Benson es un genio que ha fotografiado a todos los presidentes de EE.UU, desde Eisenhower hasta Obama, fue testigo del movimiento pro derechos civiles norteamericanos, estaba junto a Robert Kennedy en el momento de su asesinato (maravillosa esa foto en la que Ethel Kennedy grita a los reporteros el legendario "Give him air!", ha retratado a una convaleciente Elizabeth Taylor recién operada de su tumor cerebral, encontró a Bobby Fischer, a madres amantísimas del KKK, supermodelis de currele en los backstages de París o toda la mierda, la inmundicia y la horterez de la nueva riqueza yankee en su serie Americana.

Vamos, que viendo el post de hoy uno se da cuenta lo que diferencia a un buen fotógrafo de un puto genio. Y sí, el genio es...

HARRY BENSON:


Diana Vreeland © Harry Benson.
KKK´s Mum © Harry Benson.
Arnold © Harry Benson.
Dolly © Harry Benson.
Americana © Harry Benson.
Glasgow boys on fountain, 1958 © Harry Benson.
Bobby Fischer, 1972 © Harry Benson.
Greta Garbo. Antiqua, 1976 © Harry Benson.
Liza & Barishnikov, 1980 © Harry Benson.
Liz Taylor, 1997 © Harry Benson.
Kate & Nadja. París, 1994 © Harry Benson.
Brooke Shields for VOGUE Teen © Harry Benson.
Eartha Kitt, 1968 © Harry Benson.
Martin Luther King´s wife & sons in his funeral, 1968 © Harry Benson-
Dolly Parton, 1976 © Harry Benson.
The Reagans. Vanity Fair Cover, 1985. © Harry Benson.
Ethel Kennedy. L.A., 1968 © Harry Benson.
Christy Turlington. París, 1994 © Harry Benson.

Bonita manera de empezar la vuelta al curro. Espero que muchos no os sintáis como el bueno y atormentado de Roman:

Roman Polanski © Harry Benson

Y ya, como diría Sofia Mazagatosmetiendo más el dedo en la hormiga:

© Hiro.

Me cago en todos esos modernos que se corren con Al final de la escapada simplemente porque Belmondo mole y la Seberg vista y peine chachipiruli y me voy a pimplar ese remake ochentero lleno de neón y vello púbico que fue en su día Vivir sin Aliento, donde Richard Gere y Valerie Kaprisky follan como conejos y lucen integral mientras huyen de una vida llena de aburrimiento y mediocridad.

Y es que, le pesa a quien le pese, McBride es mucho más divertido que el peñazo de Godard y su manía de aleccionar a la platea con sabe Dios qué:

Dos jincaban juntos.

QUE LA SUBIDA DEL I.V.A. NO ACABE CON USTEDES!

4 comentarios:

  1. Moderno, moderno, moderno. La verdad es que no tengo ni idea de lo que es. Cada uno que entienda lo que quiera por que probablemente no coincidirá con mi concepto. Eso si, putos genios es lo que has puesto con un lienzo por zoom.

    Zepequeña.

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  2. Gracias gracias gracias!!!!!!!!....post antológico!!!!!!!!!y dejemos ya de preocuparnos por los modernos y el moderneo...porque snobismo, mediocridad y pretensión son condición humana con denominación de especie!!!!!!!!! y nadie se escapa de ella, ni los retratistas aquí expuestos ni mucho menos los retratados!!!!así que tú sigue dándonos carnaza de hedonismo estético y embriaguémonos de belleza!!!!!!y olvidémonos del IVA y de las Wayfarer!!!!!!!
    GRACIAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS!!!!!!!!!!!!

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  3. Después de mil años, vuelvo a comentar:
    Me encanta en este post, como desentrañas las bases de lo que puede tornarse en lo que cualquier mente básica puede darle la etiqueta de modernidad que, como describes, cruza la línea y te remite a mucho (muchísimo) más a la espontaneidad, momento, belleza, belleza y más belleza. Va mucho más allá que unas luces duras con pose de güay.
    No puedo mucho con la modernidad en éstos días; mucha basura, el instagram molaba cuando lo usaba Burberry, ahora a todo el mundo se le derrite el pene si le pasan la foto por unos cuantos tonos sepia, borroso por aquí y borroso por allá.
    Terry Richardson: Santo y patrón de todos los modernos. Es verdad que si algunas editoriales de TR me encantan, son simplemente por eso, por que no son NADA Terry Richardson, y las hay. Sin embargo no puedo evitar pensar sólamente en cómo se habrá follado a la modeli de turno que enseña pelo en sobaco.
    Tampoco puedo evitar pensar si ¿se follará también a los hombres que pasan por su fondo blanco?
    En fin.

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DI ALGO COÑO!